7 de octubre de 2013

Un poco de mí, Ariadna

Quizás os preguntéis cosas sobre mi extraño estado como medio vampiro. Pues os resolveré esas dudas mediante algunas entradas de este blog. Primero, unas de las preguntas más frecuentes:
       ¿Tomo sangre humana?
         Sí.
       ¿Es necesario que la sangre que tome sea humana?
         No.
Es algo extraño, lo sé. Lo que pasa es que la sangre de animal no da tantos nutrientes y tengo que tomar más cantidad.
Bueno, os diré como comencé a tomar sangre con una historia de mi pasado, de mi infancia.

Primero debo recordaros que unos cazadores contratados por la gente de mi pueblo, Cadul, habían matado a mi padre y por ello mi madre y yo nos quedamos solas en nuestra casita a las afueras del pueblo. Si no os acordáis, esto no tiene mucho sentido:

Viví con mi madre durante años en los cuales me protegió de las sospechas de los demás. Me daba sangre de venado para calmar mis ansias de sangre, pero un día me escape y llegué a una cabaña en medio del bosque por la noche y me acerqué a la ventana donde vi a un joven aparentemente de mi edad que estaba leyendo un libro en un sillón. Los caballos se asustaron por mi presencia y el chico salió a ver que les pasaba. Cuando los estaba calmando me acerqué por detrás y el se dio la vuelta. Me miró con cara de confusión:       
- ¿Que haces aquí?¿Te has perdido?      
- Digamos que sí. 
En ese momento dejé de prestar atención y me fijé en la sangre fluyendo por su cuello. No me pude resistir, años de sangre de venado y probar sangre humana era como tomar ambrosía. Al pobre chico lo dejé seco sin darme cuenta en segundos y corrí horrorizada hacia mi casa. Se lo conté a mi madre y me prohibió volver a hacerlo. A partir de entonces, al menos una vez a la semana, salía a buscar presas fáciles.

Bueno, después de esto debo de confirmar otra sospecha:
.... ¡Sí, yo me comí a Bambi!
No, era broma. Pero después de aquello mi vida cambió radicalmente.
Ya no solo debía pensar en los pobres cervatillos que dejaba huérfanos, sino que debía pensar con calma en la familia de la gente que mataba. Después de años de reflexión y algún que otro pueblo con gente desaparecida llegué a poder controlar mi sed y solo dejaba a la gente aturdida y un poco pálida.

Ahhh, otra cosa que debo aclarar. Mi apariencia de jovencita se debe a que a partir de la pubertad el proceso de envejecimiento se ralentiza a lo bestia.

Bueeeno, creo que esto es todo por ahora. Si tenéis alguna duda sobre mí, preguntad por un comentario y os lo aclararé sin poroblema.

Besos y mordiscos :3,
Ariadna

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